«La peor forma de represión, la más vil, es impedirle al pueblo soluciones a través de elecciones», fue la expresión de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) al referirse a los resultados de las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela el pasado domingo, en las que Nicolás Maduro se adjudicó la reelección, a pesar de la censura de la oposición y gran parte de la comunidad internacional.
En un comunicado oficial la OEA indica que la obligación de cada institución de Venezuela debería ser asegurar la libertad, la justicia y la transparencia del proceso electoral.
A su juicio, el pueblo debía contar con las máximas garantías de libertad política para poder expresarse en las urnas y proteger los derechos de los ciudadanos a ser elegidos.
«A lo largo de todo este proceso electoral se vio la aplicación por parte del régimen venezolano de su esquema represivo complementado por acciones tendientes a distorsionar completamente el resultado electoral, haciendo que ese resultado quedara a disposición de la manipulación más aberrante. La misma continúa hasta el día de la fecha», sostiene la entidad.
Considera que el régimen madurista se burló de importantes actores de la comunidad internacional durante estos años y nuevamente se fue a un proceso electoral sin garantías, ni mecanismos y procedimientos para hacer valer esas garantías.